A la hora acordada llegaron Ángel y Yacque a la Iglesia la Consolación,
para atender el compromiso acordado, una procesión del Altísimo desde ese
templo hasta el Monumento a la
Virgen de Chiquinquirá. El evento surgió como propuesta de un
grupo de damas relacionadas a la
ONG a la que pertenecen, a las que decidieron apoyar.
Al llegar, ambos se bajaron del carrito algo
preocupados. No tenían para pagar un taxi y muy a pesar de la lluvia, llegaron
a la iglesia con un pequeño atraso, a las 16:04 (con cuatro minutos de atraso).
Se dirigieron al interior del templo, pues a pesar de no haber nadie en su
derredor, en su interior rebosaba de vida y oraciones.
Las damas, dos en específico, hicieron un excelente
trabajo de convocatoria, de coordinación y logística, así que cuando llegaron
los dos activistas, su labor solo se redujo a “colaborar en el engrane de las cosas“
para que se dieran como era. Así lo hicieron.
Yacque se quedó dentro del templo, terminando de rezar
el Santo Rosario, e imaginando que la gente pasase y continuase al no ver a
nadie, Ángel se paró frente a la iglesia, en un sitio donde podía ser visto
desde cualquier punto. Y así comenzó a ver llegar a más gente, muchos de los
cuales decidieron quedarse afuera.
Enciendo una grabadora de bolsillo digital e hizo paneo
completo de los alrededores del sitio, percatándose que a 100 metros de la Iglesia en sentido hacia
el centro, estaba estacionado un Toyota Machito, como los que usan los
servicios de inteligencia… Blanco, con vidrios negros. El mismo quedó grabado
en el video.
Algunos viejos amigos y compañeros de lucha comenzaron
a llegar, el famoso goteo… Un apretón de mano, algunas frases, algunas
palabras, y de ahí buscando a otro, buscando que hacer, buscando como apoyar.
Las damas que organizaron el evento también se
acercaron. Mostraban preocupación como todos, pues uno nunca sabe como van a
sucederse las cosas; hasta el momento todo bien. Preguntaron por el sonido,
cuya coordinación era responsabilidad de Angel, y este tomó el teléfono y marcó
el número de Richard, el responsable del alquiler del sonido:
-
Epa Richard, que pasó, por donde venís.
-
Estoy cerca Ángel, no te preocupéis.
Algunos minutos luego, se estacionó con su camioneta.
Los saludos de costumbre y la pregunta de rigor…
-
Me trajiste la plata, vos sabéis que la vaina esta jodida – le dice
Richard con tono cargado de preocupación.
Uno de los amigos de Ángel, que era responsable de ese
menester bromea con él… luego se produce la ritual cancelación de los
servicios. Después viene la coordinación… Como vamos a hacer, quien va en la
camioneta, quien habla.
La gente comienza a salir de la Iglesia , luego de haber
participado en el Santo Rosario. Luego de la gente, viene la imagen del
altísimo, montado en un pedestal transportado por Servidores de María. Los
jóvenes salen lentamente, meciendo a la imagen, se acomodan y comenzamos a
caminar.
Como en toda procesión, se requiere que alguien ayude
con el control de la vialidad, y sin que nadie lo pida en específico, se montan
el ello Pietro, Ángel y algunos asistentes.
Salen corriendo en avanzada, bloqueando las vías,
bloqueando las calles, con suficiente tiempo como para preservar una holgura
para los que marchan adelantados. Cuadra por cuadra fueron bloqueando las
calles… Corriendo de una esquina a otra, atravesándose en media calle, y ya
cuando la procesión se acercaba, salían corriendo hasta la siguiente esquina.
El apoyo de la Policía Regional
llegó un poco tarde, pero llegó, y comienzan a colaborar tímidamente. Pietro y Ángel
van adelante y la policía atrás… Cuando ya habían recorrido algo así como 2 kilómetros , los policías
asumieron un rol protagónico, adelantándose a los ya algo cansados
“voluntarios”. Ubicaban las unidades radio patrulleras en los accesos viales, cerrándolos,
y luego se apeaban de las mismas, para colaborar en la dirección del tráfico. Eso
permitió que los “fiscales de transito voluntarios” se desplazaran sin
necesidad de correr de esquina a esquina.
Terminado el recorrido sin ningún inconveniente, a
pesar de lo largo, acompañado de policías, paramédicos y un montón de
feligreses, entre los que había personas mayores que caminaron todo el
trayecto, la procesión llega a la plaza donde se encuentra el Monumento a la Virgen de Chiquinquirá,
frente a la Basílica
homónima.
Es importante mencionar que Yacque, una bella morena
de baja estatura y pelo negro, de curvas prenunciadas, estaba embarazada y que
a pesar de ello, a pesar que no tenía mucho ánimo de caminar, acompaño al
comprometido activista político, a un evento de índole religioso, cosa que deja
en evidencia su tolerancia y amplitud de criterio.
Ángel dejó de lado su devoción Cristiana poco después
de haber ingresado a su adolescencia. Desde los quince años es un individuo
poco asiduo a asistir a misa. Salvo por algunos casos que ameritaron un “toque”
a la que considera su Iglesia todavía, es uno de esos católicos que buscan
predicar con el ejemplo, si participar en el templo.
Yacque es devota de la Virgen María , Ángel no.
Durante el trayecto, Yacque caminó detrás de su esposo
(ella no corrió). Victoria, una compañera de Lucha y amiga, sabiendo de su
“situación”, procuró que no hiciese el trayecto completo a pie, así que en
medio recorrido, la montó en una camioneta, en la que permaneció buena parte
del trayecto
Ya muchos sabían del embarazo de Yacque, al que la
mayoría calificaron como lo que era, una Bendición, como cada vida engendrada
en este planeta.
La situación económica de la pareja Angel-Yacque no
era nada buena, pero ambos recordaban que la última vez que pasaron por una
situación así de fuerte, Dios les regaló, por intermedio de ambos una, bella
niña, que creció estando ambos en la calle, durante los preparativos del
revocatorio presidencial del 2004. De hecho, ella nació 18 días antes del
dichoso revocatorio.
Dios y la
Virgen le regalaron a los devotos un trayecto sin Sol y
encapotado en el que un pequeño roció vino a refrescar el camino, luego de un caliente
y agotador día.
La marcha llega al Monumento a la Chinita , y Angel se quedo
en la parte de atrás, viendo en que podía apoyar. Luego de un corto espacio de
tiempo, se percata que las organizadoras se habían lucido, y que lo mejor que
podía hacer era sentarse al lado de su negrita, quien si se había preocupado
por buscar una buen sitio. Con su “notable” sensibilidad, se puso a fastidiarla,
burlándose de su cansancio… “no puede ser, te cansó ese trayectico”; Al otro
día, mi arrogancia cobró tributo, pues la musculatura de Angel no acostumbrada
a esos trotes “paso factura”. Caminar cinco pasos era un martirio. Todos los
músculos de las piernas le dolían. Hasta los dedos le dolían.
Saco de su koala una cámara de video digital, y
comienzo a grabar a su alrededor en segmentos cortos, con algunos comentarios.
La misa dio comienzo, y Angel con la cámara en mano,
siguió grabando. La misa fue dada por el Padre Palmar y fue muy bonita. Hizo
referencia al muro de Jericó, aquel pasaje bíblico en el que los israelitas
tumban los muros de Jericó con solo el tronar de las trompetas. El Padre insistí
en algunos eventos que se deberán suceder al finalizar el periodo de 40 días.
Insiste en la fecha de mediados de septiembre. Para todos los presentes, la
fecha no es nada casual o descabellada. Para esos días se estima el inicio de
clases, y ante la amenaza de aprobación de la nueva ley orgánica de educación,
la posibilidad de inconvenientes o problemas son potencialmente reales.
Al terminar la misa, cada quien busca como retirarse. Las
arcas de la pareja de voluntarios estaba en cero, así que el “necio de Angel”,
le dice a su esposa que busquen un
cajero… en pleno centro de la ciudad de Maracaibo, siendo más de las 7:00 PM y
un sábado. Gracias a Dios, que nunca los abandona, Pietro todavía estaba por
ahí, y como pudimos nos acomodamos como 10 personas en su camioneta, que estuvo
más de una hora repartiendo gente.
Para colmo, en medio del cierre del evento, algunas
cosas de las organizadoras se quedaron en la camioneta del sonido, lo que obligó
a extender un poco la jornada, pues fue necesario que Pietro y Ángel, en
compañía de Yacque se movieran hasta la residencia de Richard, a buscar lo que
se había quedado. Luego de eso, Pietro dejó a Yacque y a Ángel en casa de la mamá
de ella.
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